lunes, 4 de febrero de 2013

Microcuentos de un mismo autor

“Con tan sólo siete años, el pirata más temido del mar. Muy cerca de él, con ocho, superman con la capa al viento y un joven mago, que no llega a la década, bajo su capa de invisibilidad. A su lado, sus madres hablando sobre el nuevo profesor del colegio. Alrededor de todos ellos, el aire rezuma la imaginación de los niños”.

“Paseando por la calle, un chaval de catorce años de la mano de su hermanita, una niña de cuatro. Detrás de ellos, en su paseo matutino, una señora de sesenta años del brazo de su esposo de setenta. Misma diferencia, diferente motivo, mismo amor eterno”.

“Dos metros cuadrados de hogar. Sin nevera, sin baño, sin calefacción. La cama, compuesta por una andrajosa manta sacada de un contenedor y unos cartones de cajas viejas. Bajo él, la madera fría por la temperatura nocturna”.

“En plena inspiración del artista que está centrado en su mundo, cuando por fin ha concebido una idea, una señora de mediana edad interrumpe sus pensamientos y le rompe todos sus esquemas mentales. Solo con la mísera intención de preguntar por una calle. Él, abstraído de sus ansiados y tan rebuscados pensamientos, le sonríe de oreja a oreja, le guía a la perfección, y le desea una buena tarde”.

“A escasos metros, presencio un reencuentro formidable entre dos señoras de avanzada edad que no se veían, según la que parece mayor de ellas: harán ya tres días. Contemplas sus caras, sus largos comentarios sobre banalidades, y ves esa famosa felicidad que reside en los pequeños detalles”.

“A la salida del instituto, ellos, sin prisa; ellas, nerviosas; yo, imaginando una situación que explique ambas situaciones. Mil explicaciones, cada cual más imaginativa, todas igual de posibles”.

“Un adolescente nervioso, ya casi sin uñas, espera en la boca de metro. No entiendo nada, él sí. Aparece ella, él cambia bruscamente el gesto, ahora finge serenidad y chulería, y yo empiezo a entenderlo todo”.

“Malas noticias, mala situación familiar, mala situación laboral. Mal con sus amigos, mal en su vida amorosa, mejor no hablar de su vida económica. Sí, también va mal, muy mal. Bueno, siempre consigue sacarse unas perrillas para pincharse un día más. La saca de su bolsillo, esa aguja está destrozando su brazo. Y su vida”.




Autor: un simple banco.
En la retina de un banco se hallan las historias más reveladoras de la sociedad.

2 comentarios:

  1. wow! te confieso el primero y el último, eclipsándose uno a otro, me mataron. el del comienzo está barbaro con esa chispa de infantilidad e inocencia de las que sólo pueden tener los niños. Y el del final, dramático, real, tan tangible como las cifras horripilantes de pibes que mueren por esta misma causa; increíble observación y, sobre todo, buen mensaje. gracias. gracias por esto. ojalá te pases a comentar y nos charlemos con gusto. y sino, suerte! espero más microcuentos!
    paisajesenelalma.blogspot.com

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  2. Muchas gracias Nahuel. Eres la primera persona que no conozco que hace una crítica a mi blog y eso me ha marcado mucho. Siempre contestaré a comentarios y gracias por el enlace, ahora mismo me repaso tu mundo. Muchísimas gracias, un placer!

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