miércoles, 28 de octubre de 2015

Dos veces breve

Que mi tintero ya rebosa de las cosas
que no te escribí.
Se va secando poco a poco cada rosa
que nunca te di.

El duende que dormía en mi colchón
tal vez no vuelva a servirme de inspiración
porque ha encontrado la muñeca con tu olor
y se ha quedado enamorado por error.

Los momentos de los cuentos
quedan ya bastante lejos.
Las espaldas de las hadas
están desnudas de alas.

Y mis paredes, tan confidentes,
saben que tengo asuntos pendientes.
Dientes que muerden los labios verdes
de la Esperanza, que baila los viernes
unas veces por tangos y otras por martinetes.

Que su calle está vacía de colillas
que ahí no me fumé.
Sigue en mi boca el primer beso todavía
y no se lo daré.

Un enanito vino y me contó
que se largaba del bosque donde nació
porque ha encontrado la muñeca con su olor
y se ha pegado con el duende por amor.

Los momentos de los cuentos
quedan ya bastante lejos.
Las espaldas de las hadas
están desnudas de alas.

Y mis paredes, tan confidentes,
saben que tengo asuntos pendientes.
Dientes que muerden los labios verdes
de la Esperanza, que baila los viernes
unas veces por tangos y otras por martinetes.


Lo bueno, si breve, dos veces breve.

lunes, 5 de octubre de 2015

Hoy por ti y mañana también

Ya sabes que yo soy más de hechos que de palabras;  nunca me canso de repetírtelo.

Ya sabes que, me digas lo que me digas, lo que me gusta es comprobar que es verdad.

Sabes que prefiero que te preocupes por mí a que me digas que estás preocupada. Que sabes que prefiero un gesto bonito que una palabra porque soy de los que entienden que una palabra se la lleva el viento; pero a los gestos no.

Que no es lo mismo un "te quiero" que un "y yo" o un "yo también", y que un "te quiero" vacío es como encontrar una lámpara sin genio dentro: se pierde la magia.

Ya sabes que soy más de agradecer con otro favor que de dar las gracias; aunque éstas nunca sobren.

Y sabes que nunca diré aquello de "hoy por ti y mañana por mí" porque para mí todos los días son por ti, y lo sabes sin que te lo diga.

No quiero restar valor a las palabras porque, como la lámpara, guardan la magia, pero sin genio no hay deseos.

Y es en las palabras donde se apoyan esos deseos, esos hechos. Porque un "te quiero" se dice cuando ya se sabe, no para que se sepa.

Ya sabes que es algo difícil, que a mí me cuesta menos hacerlo que decirlo, pero todos queremos que nos lo recuerden. Al comienzo del día te da fuerzas y al final sueños -en plural-, pero tienes que invertir el durante en demostrarlo. Y quedará en eso, en un recordatorio.

Porque cuesta menos que un diamante y enriquece muchísimo más: recuérdaselo.
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