Y disfrutar de las chorradas de la vida. De la nuestra. Nuestra vida es chorrada tras chorrada y gotera tras gotera; comenzando por mí, que te dejé escapar durante ocho años seguidos. Sí, viene una rastra de tonterías. Te aguantas. Tú me elegiste. Haberlo pensado antes.
Quedan pocas cosas que no te haya dicho ya, y me da mucha rabia tenerte lejos y no poder expresar minuto a minuto lo agradecido que me siento de tenerte con hechos y no con palabras, pero como soy un tonto y me tienes loco perdido con tus goteras, como estoy nostálgico por leer lo que escribía hace años y me apetecía demasiado escribirte algo a ti, aquí me tienes con el boli deseando escribir que te amo en la planta de tu pie y no en un papel.
Y como últimamente no dejo de decirte que no tienes ni idea de lo mucho que te agradezco todo, que no sabes cuánto deseo verte todos los días y que nunca me había sentido así, me he sentido tonto porque todas las frases son en negativo; que si no esto y no lo otro. Sin embargo, mi vida, nuestra vida, es un sí constante, y voy a intentar expresarlo todo en positivo.
Mi vida sí ha cambiado por ti. Sí he cambiado yo y sí ha cambiado cómo veo todo lo demás. Tú eres la razón por la que sí puedo ser feliz, a pesar de lo que me toca vivir. La razón de que vuelva a creer que sí se puede querer para siempre, aunque no tenga buenos referentes en la vida. Eres el motivo que me hace sonreír más cuando sí toca, y quejarme menos cuando algo no me gusta. Sí, te echo de menos cuando no estás y cuando te tengo delante. Y sí, haga lo que haga siempre te tengo en la cabeza con tontos pensamientos de: ojalá estuviera ella para ver esto.
Habrá gente que no entienda que esto es 99% bueno y 1% desgracias, pero que ese uno es tan insignificante que hasta pensar en ello me hace ilusión, me hace saber que lo vamos a superar, como siempre, juntos.
Yo te digo sí a ti. A estar contigo para siempre; sí a pasar la vida a tu lado y pelear contigo contra todo lo que nos venga. Por lo bueno y contra lo malo. Sí, estamos locos, la gente no lo entiende. Qué más da. Tú primero y el mundo, mucho después.
Contigo he aprendido a querer de verdad, a echar de menos y abrirme por la mitad. Contigo me rompo y tú me montas de nuevo. Me abro en mis días malos y te metes en mí como solo tú sabes. Y eres la primera persona que llega a mi vida y juega conmigo a lo que le da la gana. Pero es la suerte que tengo de compartir coraza, inseguridades, gustos, feriusidades y telepatías. Repito, la gente no lo entendería.
Sí agradezco que me hayas elegido, porque me permites pasar la vida a tu lado y es lo que más feliz me hace en el mundo.
Y un último sí, en esta carta, porque nuestra vida va a ser un sí constante: SÍ, yo te quiero más. Por y para siempre; con y para todo.
