viernes, 21 de junio de 2013

Al más puro estilo James Blunt



 Al igual que todos los años por estas épocas, comienza el veranito. No sé vosotros, pero yo tengo una canción con la cual relaciono el verano, una frase que uso en verano, un lugar que no puede faltar en mi verano, un libro, una bebida, un plan, una persona, dos o tres... Y ni que decir tiene que el verano es sagrado, lo que no puede faltar NO PUEDE FALTAR.

Por supuesto, la parte más esperada por todo el mundo cuando llega el verano no es otra que ese momento en el que tu amigo, amiga, hermana o primo se te acerca para decirte mientras te da un par de golpes en el costado:

¿¿Has visto el nuevo anuncio de Estrella Damm??


Nadie recuerda un verano sin haber imaginado previamente hacer un planazo como el del anuncio de Estrella Damm, o no al menos la gente de mi generación. Esos anuncios en los que un chaval llega a un sitio, conoce a una gente, liga y pasa el mejor verano de la historia. Hasta que llega el año siguiente y otro anuncio de Estrella Damm iguala su verano.

Nunca se me olvidará el primer anuncio de este tipo, al ritmo de Billie the Vision and the Dancers. Grandísima canción que hasta ese momento no conocía nadie. Tampoco falta esa persona que the hizo conocer el primer anuncio y, al menos en mi caso, siempre, todos los veranos, te lo recordará, aunque tú ese verano hayas visto el anuncio un mes antes, él te hará saber que el primero de todos, te lo enseñó él. Un tío muy grande.

Por culpa de estos anuncios los veranos nunca cumplen nuestras expectativas, aunque hay algo que siempre, siempre, SIEMPRE, nos acompañará tanto a ellos como a nosotros. La cervecita. Nunca falla. Bueno, sí. Algunas seréis más de tinto de verano, lo respeto, pero no sabéis lo que os perdéis. Terracita en la playa, o en el campo, gafas de sol, sombrero comprado en un mercadillo y que perderás ese mismo verano en el mar, chanclas, camiseta de algún concierto, país o publicitaria, bañador, y cerveza. Otro rollo.

Y esque no podemos perder el postureo que todos llevamos dentro. Estemos donde estemos, vayamos con la familia o con amigos, conociendo "siquiyah en Cai", tomando el sol en una playica murciana, o comiendo pulpo a la gallega en Noia, tenemos que ser unos posturitas.

Tenemos que llenar el instagram de fotos en bañador, fotos de nuestros pies con la piscina de fondo, con etiquetas como: #Instapic #Veraneo #Piscineo etc...




Tenemos que demostrar a nuestros amigos en twitter que nuestro verano está siendo, al menos en ese preciso momento, el mejor verano de la historia. Ya puedes haber discutido con tu madre, haberlo dejado con tu novia, que te haya rechazado una niña en la playa, o haber acabado con el bañador por los tobillos saltando de cabeza en la piscina, que tú subes tu tweet de veraneo con foto incluída para dar envidia a los demás.

Para terminar dejaré claro mis partes del verano imprescindibles.

Para empezar, mi canción del verano es de James Blunt. Stay the night, quien no la conozca, que se la ponga hoy mismo y durante el resto de veranos de su vida. Por supuesto buscad el vídeo, después oiréis la canción y lo visualizaréis siempre. Ni que decir tiene que la de cada verano de Estrella Damm tampoco puede faltar, porque el anuncio de este año ha flojeado un poco pero solo por tener una canción de Love of Lesbian está al nivel de los demás.

Una frase para mi verano es: Aire, Sol y Playa. Aunque este verano no pise la playa. Nada mejor que notar el aire dándote en la cara, que te empuje, mientras estás tirado en tu toalla sintiendo a Lorenzo quemandote la espalda.

Un lugar, sin duda alguna, es mi pueblo. Hoyo de Manzanares. Aunque es cierto que no voy muy a menudo, y si esto lo lee algún hoyense puede corroborarlo, es de mis planes favoritos. Piscineo por la mañana, comer, piscineo y mus por la tarde, cenar, cerveza, dormir. Más descansado imposible.

Y junto a Hoyo, están los hoyenses, las personas que en mi verano no pueden faltar. Si les veo poco durante el no-verano (las estaciones que no deben ser nombradas hasta dentro de tres meses), es imprescindible cansarme de sus caras durante este tiempo. O les mato, dicho queda.


Un libro es el de el Médico, de Noah Gordon, el cual me leo en verano y en no-verano unas cuantas veces. Simplemente perfecto, se lo aconsejo a todo el mundo, aunque no apto para menores ni debiluchos.

Y obviamente, una bebida, no puede ser otra que mi gran amiga y compañera (parezco un maldita adicto) la cerveza. Fresquita y en jarra mejor, pero un botellín nunca viene mal.

Para despedirme, os dejo unas frasecitas que muchos reconoceréis, y si no, no habéis veraneado demasiado:

"Lo bueno nunca acaba, si hay algo que te lo recuerda".

"A veces lo que buscas está tan cerca, que cuesta verlo".

"A veces lo normal puede ser extraordinario".

"Cuando amas lo que tienes, tienes todo lo que quieres". 

"Todo depende del cómo, y el cómo sólo depende de ti".


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