miércoles, 31 de diciembre de 2014

Propósitos

Estoy un poco harto de los propósitos de todos los años. No me gusta ir al gimnasio, así que no me lo voy a proponer. Si te gusta fumar, tampoco vas a dejarlo, no te engañes. Si no encuentras el amor en primavera, porque te lo propongas en invierno no va a llegar antes, duele, pero es así. No vas a salir a correr, vas a dejar de aprender a tocar ese instrumento en dos días y no vas a ir a ver a tu madre todas las semanas. Lo siento, verdades como puños, no estoy aquí para hablar de un modo políticamente correcto, si no para decir lo que me va viniendo en gana, que para eso el blog es mío.

Sí, yo también me he hecho una lista de propósitos.

Pero para romper con los moldes de todos los años, para huir de esa rutina anual que no es más larga que las doce campanadas, sin incluir los malditos y engañosos cuartos, he ideado un calendario con propósitos a corto plazo. Propósitos fáciles de cumplir, en la mayoría de los casos, y fáciles de dejar de lado si somos más vagos que el que no come uvas porque no están peladas.
La idea es  un propósito diario para cada día del mes, idea que al principio me ha resultado difícil de hacer ya que debía pensar bastantes mini propósitos, pero que en poco tiempo he terminado con bastante satisfacción personal.

No voy a poner aquí todos los propósitos porque a más de uno le dará totalmente igual lo que yo vaya a hacer o dejar de hacer, por lo tanto, quien quiera compartir conmigo este año 2015 con un nuevo calendario -inventado por mí, así que no esperéis la cura del cáncer en él- que me lo pida en los comentarios dándome su correo o diciéndome cómo enviárselo. Si me conoces personalmente, pídemelo así, personalmente, y estaré encantado de compartir esa idea, esperemos que perdure, contigo.


Feliz año nuevo a todos.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Holden y Quentin

Dos poemas, con un poco de estilo libre (estilo libre al máximo), para culminar un día de Navidad que puede ser mejor, y lo será en 2015, porque siempre hay que sumar.


Pero.

Querer lo que te hace daño, ¿sabes?
No lo necesito, me duele, pero joder,
Al menos una vez más.        

Sé que puedo vivir sin ti
Lo llevo haciendo un puñado de años
Pero ahora que sé cómo es vivir contigo,
No me apetece dejarlo escapar.

Pero  me cansa ser el único
Que hace algo porque esto pase
¿Será la falta de costumbre?
Quizá, o la falta del sentir
No sé, a lo mejor no es cosa mía.

A lo mejor construyo palacios en medio de un Sahara
Que sé que si está deshabitado debe ser por algo.

Y tú me juzgas y te cansas,
Pero no deberías.
Solo intento buscarme la vida,
Pero no sé si busco en el lugar adecuado,
Porque no me lo pones fácil.

A lo mejor el sitio adecuado no es contigo
Pero a ver quién es el guapo
Que me dice que no busque ahí
Que tenga huevos a alejarme de ti.

Porque a estas alturas,
De todo menos vértigo.

 -M.



Q.

Mañanas sin sabor a café
Algo ha cambiado desde ayer
Rodando me siento entre tus pies
Ganando terreno o echándome a perder
Oliendo las huellas que dejó tu ex.

Relojes que marcan horas del revés
Olvidando mil mujeres por una sola mujer.
Tirando por la borda lo que me dio de comer,
Hoy no reconozco lo que ayer caminé.

Sabiendo que puede que no salga bien
Pretendo enderezar lo que un día crucé
Invento maneras para echar a correr
Eligiendo el camino que me haga crecer,
Ganando al olvido quizá triunfaré.
Evitando miradas y dedos recé,
Lloré como un niño y por fin admiré
Más de lo que quise, lo que algún día querré
Abrazo a tu vida por la cual mejoré
Nadando entre males, hoy por fin hago pie.

-H.


lunes, 8 de diciembre de 2014

El día que no pueda más



Lo veo muy cerca, sé que llegará ese día, el día que no pueda más, pero no querré cambiarte por un puñado de estrellas.

Porque puedo poner un millón de excusas: porque te miro a la cara y quiero que ese día llegue ya, pero sé que no debo hacer nada por adelantarlo. Porque será mejor para todos, porque no será bien visto por ninguno. Porque quedamos en que no llegaría ese día, porque quizá prefieras que llegue con otro. Porque a los dos nos da un miedo asombroso, como la oscuridad, como la soledad.

Porque sin saberlo tú, he sacrificado un millón de cosas, y sin saberlo yo, hice todo eso por ti.

Porque ese calor que sentí al tenerte a mi lado no lo he sentido con ninguna otra persona. Porque no se puede explicar con palabras sino con sonrisas, y son esas sonrisas las que hacen que merezca la pena sentir lo que siento.


Por todo eso, un día no podré más, y no te cambiaré por nada en el mundo.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

¡A currar!

Son pocas las frases que marcan mi vida, porque son pocas las veces que me gusta repetir tanto lo que hago como lo que digo. Sin embargo, “pocas” no significa ninguna.

Y, sin duda, una de esas frases es: ¡a currar!

¿Por qué? Porque el 4 de diciembre hacen exactamente dos años que empecé este blog con esa frase siempre en la cabeza. Y esa misma frase envuelve mi día a día. Y no es la única, porque siempre viene acompañada de “¿quién dijo fácil?”

Durante las 24 horas, se presente la situación que se presente, se me pasan por la cabeza esas dos frases que marcan mi forma de ver la vida. Y es que la vida no es un camino de rositas por el que podemos ir descalzos recogiendo flores y cantando como si de Heidi se tratara.

La vida es puta, y más putas son las personas que quieren complicárnosla para mal. Y peores son las situaciones que se presentan tan difíciles con la intención de que nuestra vida mejore. ¿Mejore? Sí, mejore.

Son putas pero, después de currárnoslo, las miramos y pensamos: “¡JÁ, te jodes, que conmigo no puedes!” Pero para eso hay que tener presente la frase de: ¡A currar!

Porque ya vayas a empezar un blog, una relación, una carrera o el periodo de exámenes, te va a costar, pero: ¿quién dijo fácil?

Y es que las cosas que más nos cuestan son las que a la larga más nos merecen la pena. Y a corto plazo, las que más nos llaman la atención. Pero el trabajo va a ser el mismo.

De toda la vida, una niña que hemos tenido siempre en la palma de la mano, es una niña que no nos ha llamado nada la atención. Y como con eso, todo.
Un examen que nos sabemos de pe a pa, nos aburre hacerlo. Un examen que nos hemos currado, lo petamos y queremos soltarlo cuanto antes.

Porque si tiramos algo hacia arriba, aunque no toquemos el cielo, siempre va a llegar más alto que si lo dejamos caer.

Y que el cielo nos espere sentado, que primero tengo que currarme unas cuantas cosas y las voy a pasar canutas, pero quién dijo fácil, ¿no?


Y para conmemorar este segundo aniversario, aquí os dejo para el que quiera y tenga un rato, una recopilación de frases de casi todas las entradas.

Espero que alguno las disfrute:

“Y mi hada os callará la boca.”

“Y, de repente, como superar la barrera del sonido, haces ¡BOOM! Y entra en juego la confianza.”

“Y es que a veces hay que caer para crecer, callar para hablar y entregarse para ser libre.”

“Y si no, quizás seáis ese típico amor platónico con la gran duda del y si…”

“Uno más uno se acerca más a infinito que a dos. Pero no, hoy uno más uno tampoco es infinito.”

“Solo hay una cosa más exigente que una mujer, y es la abuela de cualquier hombre.”

“A mí las cosas claras, las cartas escritas a mano, los libros en papel y las damas primero.”

"Me amaré a pesar de mi dócil inclinación a lo contrario."

“Por suerte las niñas también invierten su tiempo- BIEN INVERTIDO CHICAS- en perdonar las cagadas que vamos cometiendo.”

“Si alguna vez te besé más de la cuenta, cuando yo cuento cincuenta tú le pones veinte más.”

“¿Y tú? ¿Qué necesitas para ser feliz? Yo para ser feliz quiero un camión. Parece que Loquillo lo tenía claro.”

“Recuerda que las apariencias solo sirven para aquellos que no pueden ver más allá de ellas.”

“A veces lo que buscas está tan cerca, que cuesta verlo.”

“Todas las mujeres del mundo tienen algo de sí mismas que odian a muerte. Y, ¿sabes qué? Nada de lo que digáis puede cambiar lo que sentimos.”

“Incido, la vida es un regalo, no seas el tonto que la desperdicia.”

“Solo te hace falta un momento de locura y de decir “lo voy a hacer”, porque en el momento en que tú decidas que vas a hacer algo, es el momento en que lo vas a hacer realidad.”

“Mis gritos no retumban ni aquí ni allá, no hay señal de tabúes ni de condenas, ni rastro de orden o mandato, nadie decretó privación alguna. No hay mordaza ni cadenas en mis brazos.”

“Soy de esos locos que siempre vive enamorado de Cenicientas que conviven en otros tejados.”

“Como sigamos por la vida sin tomar decisiones arriesgadas por miedo a equivocarnos, caeremos en un círculo vicioso llamado rutina del cual es cansado salir.”

“Por mi escasa o nula experiencia, he de decir que el noventa y nueve por ciento de las veces que consigues algo con una niña, es porque a ella le ha dado la gana.”

“No niego que de fiesta disfrute escuchando lo que me gusta llamar “musicote”, pero Fix You enamora. Sencillo, bonito.”

“Me gusta saber que tengo cosas mías todavía por descubrir, y cosas que me llevaré a la tumba.”

“Debe ser que queda esperanza en mí, pero ya he dicho que Martin Luther King es un modelo a seguir. Así que sigamos soñando.”

“Si somos como niños, sin miedo a la locura, sin miedo a sonreír, alzando bien las yemas de los dedos, podemos, de puntillas, tocar el universo.”

“Hacer locuras por los demás, porque me da la gana, porque yo soy así y porque quiero ver sonreír a las personas desconocidas, que yo nunca he dejado de estar loco por las personas conocidas.”

“¿Cómo saber si una historia al revés iba a ser lo que pudo ser y no fue?”

“La amistad es aquella relación de la cual surge un sentimiento hacia una persona. Un sentimiento que derrocha cariño, lealtad y confianza como puntos más destacables.”

“Como diría Groucho: "paren el mundo que me bajo". No quiero ser parte de una marioneta de cuyas cuerdas tiran otras marionetas.”

“Solo una persona puede impedirte llegar muy alto, y te mira todos los días desde el espejo.”

“Pero nunca te mueres y me sigues como un puto perro que no conoce la diferencia entre fidelidad y lealtad.”


“Y es que el grito siempre vuelve, y con nosotros morirá, frío y breve como un verso escrito en lengua animal.”



P. D.: Feliz aniversario.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Yo creo en las hadas

Muchos os reiréis cuando diga esto, pero hace poco aprendí que el mundo está lleno de piratas.

Y os reiréis más aún cuando diga que he tenido batallas bestiales con ellos, pero mis armas a veces son tan pequeñas que parecen inexistentes.

Pues si además os digo que creo en dragones, monstruos de debajo de la cama y fantasmas ocultos en la oscuridad, ya será el culmen de la risa.

Más os vais a reír cuando os enteréis de que creo en las hadas. Es verdad, nunca he estado con ninguna. Diréis que nada de esto existe hasta que yo consiga mi hada, entonces seré yo quien ría. Y me reiré de vosotros, y de los piratas, fantasmas y monstruos de mi cama. Tendré mi hada, mi capa, mi princesa y mi espada, y sabréis lo que es una buena carcajada. 

Y mi hada os callará la boca.



Empezaré a ganar peleas, a batirme en los peores duelos y enfrentarme contra los monstruos más feos, y siento decirlo así, pero se van a cagar.

El que quiera entrar en mi castillo será más que bienvenido, pero buscaos a vuestra propia hada, que os veo. Lo único que tenéis que saber para poder entrar es 1) no todo el mundo está preparado para conocer las verdades de castillo, y no por ello tendremos que mentirles, simplemente habrá que esperar a que lo estén, 2) no has llegado a una dimensión futura donde todo es más fácil y mejor, el futuro está compuesto por “ahoras”, y de ti dependen tanto la entrada como la permanencia en el castillo, y 3) debemos ser pacientes, las cosas de palacio van despacio, aunque a menudo pensemos “joder, quiero llegar ya y lo quiero de verdad”, hemos de saber que la paciencia no tiene límites cuando el fin merece la pena.

Y os seguiréis riendo, pero ande yo caliente...

Debéis saber, los escépticos, que no estoy diciendo ninguna tontería. Que una armadura está compuesta por una familia, un hada o princesa por esa persona especial, una espada por esos amigos por los que mataríamos y una capa por nuestras narices, que antes muertos que sencillos.

Y a modo de consejo, busca una buena armadura, hada, princesa y espada. Va a ser un viaje movidito, y sin ellos nos es imposible.


sábado, 8 de noviembre de 2014

No basta sólo con querer


Conocer a una persona no es fácil.

Imagínate conocerla bien.

Cuesta, es difícil y se pasa mal. Pero merece la pena. Se nos viene a la cabeza la imagen de esa persona por la cual las has pasado canutas, has sufrido, has discutido, has reído y, por encima de todo, has estado ahí siempre. Pues como él o ella.

Conocemos a una persona y la situación es algo así como llegar a las copas de un amigo, llegar nuevo a clase, cruzarte con un amigo por la calle y que te presente en sociedad, y que se dé esta conversación:

“-Hola soy Fulano
-Hola, yo Mengana, encantada.
-Igualmente.”

No, eso no es conocer a Mengana.




Conocerla requiere tiempo, orden, dedicación y enfado tras enfado. Vas a discutir, y si no es que eres tonto. Vas a reír, y si no es que no la quieres. Vas a poner a tu orgullo por delante para más tarde tirarlo a la basura, y si no es que no te das a conocer. Vas a esconder secretos, y no hay un y si no en eso, lo vas a hacer sí o sí.

Conocer a una persona no es saber la tecla que hay que tocar  en el éste de su rodilla derecha para sus conseguir que se ría, el lunar perfecto en su dedo corazón de la mano izquierda o la uña medio rota de su pie.

Es mucho más que eso.

Conocer a una persona es como darle la mano.

Porque dos manos forman un puzle.

Conforme vas conociendo más a una persona, vas apretando más fuerte. Habrá manos que te gusten y manos que no, y no por eso son manos peores, simplemente es un puzle que no encaja.

El dueño de esa mano no es perfecto, pero a ti te gusta su mano.
Cuanto más tiempo pasas con ella, más te gusta. Y, de repente, como superar la barrera del sonido, haces ¡BOOM! Y entra en juego la confianza.

El propietario de la mano te va contando su mierda y joder, te gusta esa mierda. Tanto, que aprietas más fuerte, porque no te imaginas la vida sin esa mano, requiera lo que requiera. Y es entonces cuando te das cuenta de que el puzle antes estaba incompleto. Faltaban esos pequeños trozos de cada pieza del puzle que hacen que las piezas encajen entre sí. Son trozos deformes y feos comparados con el resto de la pieza, pero te encanta saber que están ahí, que sin ellos vuestras manos no encajarían nunca y acabarían resbalándose y perdiéndose por el camino.

Esos trozos son los defectos. Repelemos tanto los de algunos y nos gustan tanto los de otros...




Y es que no existe ninguna pieza cuadrada, porque no existe ninguna persona perfecta. Y si no existe ninguna, ¿de verdad crees que van a juntarse dos?

Por mucho que fuerces a juntarte con una persona, han de gustarte sus defectos.

Porque querer es poder, pero no basta sólo con querer.

Campeón, sal de esa ratonera en la que estás escondido y entérate: las cosas hay que ganárselas. Que querer poder es muy fácil, pero querer para de verdad poder es sufrido, costoso, caro y, sobre todo, recompensado.

Que por mucho que las piezas encajen, hacer un puzle de 10.000 piezas no lo consigues en dos días.

A currar.

Conoce a una persona, gánate sus secretos, conoce sus defectos y, después, hablamos de hacer o no hacer ese puzle llamado vida.


martes, 28 de octubre de 2014

Rey Sol

Sí, tengo 21 años. Estoy en esa época de equivocarme, hacer el idiota, cagarla, reírme, joder y volver a reírme. Acercarme a algunas conocidas y a muchas más desconocidas. Intentar conocer a todo el mundo, porque cuanto menos desconocidos menos opciones de aburrirme. Intentar ligar mucho y ligar poco. Enamorarme y desenamorarme, enamorarlas y desengañarlas. Seguir riendo mientras la sigo cagando. Importarme sólo el presente y encerrarme en mi mundo de yupi donde basta con cumplir unas responsabilidades mínimas y saber que si la vida que llevo me hace feliz durante los próximos cinco minutos es que es la vida correcta. Disfrutar de todo porque si algo me ha hecho sonreír es algo de lo que no me debo arrepentir. Fijarme un objetivo y luchar a muerte por él, aunque sea el objetivo equivocado. Luego me doy cuenta, me rio, y me fijo otro objetivo para, efectivamente, volver a cagarla. Tengo el mundo en mis manos.

No estoy orgulloso pero joder, tengo 21 años, si existe algún momento para hacerlo es éste, ¿no?

                  


Me gusta ver la vida como un laberinto que solo tiene caminos rectos. Miles de caminos rectos que salen del mismo punto de partida, tú. Miles de caminos rectos hechos de paja, de material moldeable a nuestro antojo con baldosas amarillas y con un sinfín de finales de, para que engañarnos, mierda.

Pero hay un camino de acero, un camino estrecho y oscuro. Ese camino cuyo final es una gran luz que nos llama mucho, pero no es fácil verla. Siempre recibimos hilos de luz prestados de ese Rey Sol que está al final de un camino de acero con suelo de barro, pero nos gusta demasiado la mierda como para fijarnos en una luz que está demasiado lejos para nosotros.

Esta es la situación: nos encontramos delante de tantos caminos en los que movernos que no vemos que el camino de barro es el mejor. Sí, es barro, cuesta pisarlo y nos vamos a manchar, pero una vez ahí te das cuenta de lo que te gustan las manchas.



Pero la cosa está jodida. A todo el mundo nos llaman las baldosas amarillas y nos sentimos cómodos andando por ahí, incluso taconeamos si se nos da la ocasión. Pero a medio camino el tacón se desgasta y debemos descalzarnos. Además, empezamos a ver que el final de camino tiene tanta mierda como para hundirnos, y ya no tenemos ni zapatos para soportar la más mínima suciedad.

Ahí es cuando empezamos a recibir los hilos de luz que ese Rey Sol nos envía día a día.


Sabemos lo que tenemos que hacer, pero llevamos demasiado tiempo andando cómodamente sobre suelo sólido como para saltar al camino de al lado lleno de barro.

Y es que a veces hay que caer para crecer, callar para hablar y entregarse para ser libre.

Por muy cerca que andes de ese camino, no existe ningún atajo. Debemos volver al principio a calzarnos las botas correspondientes y luchar contra el barro que nos vamos a encontrar por el camino. Porque llevamos unas botas bien grandes, pero no son botas antibarro, nos vamos a manchar y mucho. Las botas no nos quitan esas manchas, las botas son para aguantar todo lo que tengamos que pisar.



Y empezamos ese camino de barro que no queremos llamar felicidad por miedo a que nos juzguen. Desde el principio y con buena letra. Cagándola de vez en cuando pero siendo constantes, porque si no lo eres, está claro que te has equivocado de nuevo de camino.

El camino no es tontería, no vamos a encontrarnos flores ni regalos, pero tampoco vamos a ir solos, porque el 100% de las veces que nos corregimos  ha sido por algo o por alguien que nos ha dado una colleja y nos ha dicho “¡eh, idiota! ¿Qué estás haciendo? Ven por aquí, anda…”.

Y nos fiamos. Porque hay que fiarse. Y volvemos y empezamos el camino a oscuras y a tientas, pero agarrados a otra mano.



Cuanto más avanzamos por el camino más fácil nos resultará seguir, pero no serán menos los dragones que nos vayamos a ir encontrando. Pero los dragones se pueden vencer. ¿Cómo? Con nuestro propio dragón. A medida que avanzamos vamos dando de comer a nuestro dragón personal. Nuestro dragón come decisiones, y depende del tipo que sean su actitud nos ayudará o irá en nuestra contra. Y cuando nuestro dragón se cruza con otros, más vale que haya comido bien, que las decisiones que hayamos ido tomando no sean de esas que hagan que el dragón nos dificulte el camino sino del que nos ayude a vencer a más dragones que siempre, SIEMPRE, vamos a encontrarnos.

Tenéis razón, los dragones no existen. Pero repito, los dragones se pueden vencer.



Y seguimos llenándonos de mierda cada vez más convencidos de que queremos arder en ese Sol que cada vez nos da más luz.

Sí, tengo 21 años. Estoy en esa época de luchar contra el temporal, rodearme de gente de la que me gustaría aprender, hacer el idiota con ellos, reírme y seguir haciendo el idiota. Querer a la gente y cuanta más mejor, sí. Pero también aprender a querer, que no es fácil. Enamorarnos es algo tan inevitable como desenamorarnos, porque los dragones están por todas partes, pero siempre mirando hacia arriba. Importarme tanto el presente como el futuro que es tan mío como el hoy y el ayer. Abrir las puertas para que en mi mundo de yupi entre la realidad y se convierta en el mundo de todos. Evitar aquello de lo que pueda arrepentirme, teniendo los fallos como lecciones y las sonrisas como recuerdos. Marcarnos el sol como objetivo sabiendo que nos vamos a llenar de mierda. Y lo que nos vamos a divertir.




Porque sí, el Rey Sol mola, pero nos van a putear y mucho. De superarlo sí que voy a poder estar orgulloso.

domingo, 12 de octubre de 2014

Experiencias

Hacía mucho que no escribía una entrada con colaboración, y por eso mismo, esta suple todas las demás y está escrita al 100% por otra persona. Una señorita que va a poner la guinda femenina a este blog. 
Chicas, disfrutadlo. 



Tanto si se han tenido muchos o pocos, hablar de “ex” siempre es complicado, por lo menos a mí me lo parece.

Hay muchas clases y muchas “subcategorías”. Tantas que estoy segura de que si te hablo de las mías seguramente no sean ni por asomo parecidas a las tuyas. Y, ¿sabes por qué? Pues tan sencillo como que cada persona es un mundo, y las comparaciones, aunque inevitables, siempre son odiosas… pero no voy a irme por las ramas (o al menos voy a intentarlo).

Creo que, para empezar, cada uno tiene que definirse a sí mismo su  propio concepto de “ex”. Para mí, además de algo que ya ha pasado, es decir, algo que ya no es tuyo, un ex es realmente una EXPERIENCIA. Cuando hablo de “ex”, no solo hablo de lo comúnmente conocido, ex-novio.  Hablo de examigas, exprofesoras, excompañero de curro, ex colega de uni, o del cole… Para mí son todas aquellas experiencias que le han llevado a uno a ser quien es, estar donde está. Por eso, creo que es de suma importancia y altamente recomendable que todo el mundo tenga su propia caja de EXPERIENCIAS, ¿que para qué? Pues bien el día de mañana no sabes si serás capaz de acordarte de todas las decisiones que tomaste o todas las cosas que dijiste, pero siempre podrás tener todas las cosas que guardaste, de decisiones, momentos, hábitos, personas, planes, trabajos y ese sin fin de cosas que te llevaron a ser lo que eres.



Después de esto, amigo mío, querías que hablásemos del típico “ex” y no de mi idea de ex. Pues bien, no solo por mi experiencia, sino además por las de la gente que me rodea, también creo que hay varios tipos de “Ex-Novio”.

Ante todo hay que dejar claro que, para la mayoría de las chicas de este siglo, un ex es prácticamente todo chico que le haya hecho gracia… Ya que hay chicos que aunque te gusten mucho, jamás podrías estar con ellos, porque es el chico que le gustaba a la mejor amiga de tu mejor amiga- e incluso cosas peores he llegado a oír-. Además está el ex-ligue, que es un chico que te ligaba o tú a él, pero que por x razones la cosa no cuajó y se quedó en eso, un EX-LIGUE. Tranquilos, por lo general solemos encontrar otro chico rápido, sino habríais dejado de ser Ligue para estar en una categoría mejor, o quizás no.




A parte encontramos lo que está tan de moda hoy en día, el Ex-rollo. No sabría definirlo del todo bien ya que cada uno lleva los “rollos” a su manera, puesto que los hay exclusivos, hay rollos de una semana... Absurdo. NO, eso NO es un rollo de una semana. Eso es un tío al que le ponías o te ponía y os habéis liado hasta que uno de los dos ha encontrado algo mejor… Lo siento pero es la realidad, suele acabar siendo un “si te he visto no me acuerdo”. Vamos, como el beso  que le das a un desconocido en una discoteca -si es que alguna vez lo has hecho-. Pero claro, desafortunadamente para vosotros, chicos, al día siguiente el 65% de las chicas- igual me quedo corta- os busca en Facebook e intenta saber tanto de ti como sea posible. Eso si la chica tenía decencia de nivel 2 y os preguntó el nombre. Y claro que ella espera que tú la busques y la escribas, NO lo dudes. EX-ROLLO.


Completos desconocidos

Yendo un poco por el camino de la gente decente y con algo más de dignidad, está el famoso PRIMER AMOR. Ese por lo general no suele entrar en la categoría de Ex, ya que jamás lo aceptaremos como algo que acabó o que ya no es nuestro, sino que siempre será eso, el primer chico que te hizo sentir mariposas, el primero en algunos caso en darte un beso, en otros siempre quedará esa tensión sexual no resuelta y ese cómo habría sido nuestro primer beso, todas las dudas de si habría salido bien independientemente de que os besaseis o no, y la pequeña curiosidad que puede que igual que matase al gato, la esté matando ahora a ella pensando en el “y si…” Claro que los “y si…” son de las peores cosas que podemos dejar a nuestras pequeñas cabecitas pensar, te pueden llevar a un lugar del que quizás no sepas salir. Y como siempre digo yo: no entres en un sitio del que no sepas salir. PRIMER AMOR.




Después de este primer amor llega el “ex-noviete”. Esa palabra que tanto usan las abuelas, y que personalmente no puedo tragar. Bien, este “noviete” generalmente es el que supuestamente nos ayuda a superar al primer amor, y con el que nos dimos cuenta de que el primer amor no es algo que haya que superar u olvidar, simplemente es algo que toda chica tiene que tener en su vida, pero vosotros también lo tenéis, eh. Aquí nadie se salva. Al final, éste se queda en un “amiguete”, palabra que por cierto también es superior a mí, a quien, por lo general, siempre tienes cariño y, aunque no sepas de él siempre, cuando sabes te alegras de ello. “EX-NOVIETE”.




Muy a mi pesar- y aunque me sienta mal- he de reconocer que también están los “novios tirita”. ¿Quiénes son? El novio tirita es un chico que te gusta, puede que te atraiga mucho o lo normal, pero que por lo general no ves ninguna clase de futuro con él. Me explico. Nadie a los 15, 18 o 21 años sabe con total certeza que se vaya a casar con un chico, pero siempre, por lo menos yo, si estás con un chico es porque piensas que podríais tener una vida en común, que sois compatibles, que quieres compartir tu vida con él, etc. Pues en el caso de este novio, el futuro no era visible ni en un día despejadísimo y con catalejo. Lo siento por muy cruel que sea. “EX-NOVIOTIRITA”



También estáis vosotros. Los dichosos QUIERO Y NO PUEDO. ¿Por qué? Por un sin fin de razones. La primera, porque no nos conocemos suficiente y posiblemente no se dé la ocasión. Otra, porque eres alguna experiencia de alguna amiga, porque eres un "amigo" o, simplemente, el amigo de un hermano. Porque eres pequeño o muy mayor. Si sois una tontería pasajera se nos pasará con la próxima experiencia que llegue, sea del tipo que sea. Y si no, quizás seáis ese típico amor platónico con la gran duda del “y si…”



Y te dejé para el final. Sí, a ti. Porque, por norma general, sueles evocar al dolor, la felicidad y, en definitiva, me revuelves todo un poco con tanta emoción fluyendo...

Ex Novio.

En el caso de que las cosas acabaran bien, primero se recuerdan las cosas bonitas y los momentos felices que te adentran en la nostalgia. Y llegan las ganas, porque llegan, de vivirlo otra vez, de querer tener un “deja vú” una y otra vez. Hasta que te das cuenta de porqué acabó la felicidad y de cómo llegaron los enfados, lloros y demás malos momentos.

Y si por el contrario acabó mal, olvídate. Solo recordarte que es peor que una patada en los huevos -y eso que no tengo y no sé lo que es-.

Para algunas fuiste el amor de sus vidas por “x” tiempo. Te creían insuperable y juntos os veía como invencibles. Podíais con todo. Erais jóvenes y os comíais el mundo, pero solo JUNTOS.

Para qué engañarnos, eres difícil de superar. Tanto si dejas como si eres dejado- que entonces es más difícil- y si a alguien no le costó superarte, no eras de esta categoría.

Hicisteis grandes cosas juntos y descubristeis quiénes erais entonces, pero mírate ahora. Tú ahí y yo aquí.

¿Qué será de ti? Me pregunto cuando no sé nada y algún estímulo te trae inconscientemente a mí.

¿Pensarás en mí? ¿Echarás de menos algo?



Son dudas bastante curiosas y yo, personalmente, ni las dejo ir ni las sacio.

Si por algún motivo, alguna vez las sacié, entonces flaqueé y pregunté o por ti o a ti. Indicio de que por muy mal que lo pasase o mucho bien que me hiciese nuestra separación, sigues teniendo un hueco casi constante en mí.

Si la dejo ir es porque en parte estoy venciendo a nuestros recuerdos y estoy poniendo fin a esto de pensar en ti, en los tuyos y en tus cosas.

¿Que qué pasa?

Pues pasa que antes o después sin quererlo- o queriendo en bajito- vuelven las preguntas. Déjame darte algún consejo, no siempre le des la razón por no discutir. Las discusiones os benefician, aunque en el momento no veas el lado positivo. Es más, a veces nos gusta que nos llevéis la contraria, aunque algunas seamos princesas no nos deis siempre todo.

Y sobre todo no te pienses que por no hablarme o no vernos, no vamos a pensar el uno en el otro. Es cierto que cuanto menos hablemos o sepamos menos nos echaremos de menos. Pero una cosa te digo es mejor echar de menos que de más.

Que por echar de más mira cómo estamos. Tú así y yo asá, siendo dos personas que lo eran todo y ahora solo somos el recuerdo más o menos bonito de una historia no tan distinta, ya que al final supongo que si estoy escribiendo esto es porque acabó.

Estaba aquí para hablar de los ex, o, como he dicho antes, de las experiencias.

Pero con esto no quería encender la chispa de lo que supongo para ti es solo un recuerdo. Quería decirte que te perdono.

¿Sabes qué? La vida se condensa en eso, en esa primera cerilla encendida. Esa primera ilusión vacía del fuego, tú no me la diste. Esa primera chispa vino de mucho, pero me diste la fuerza para dejarla brillar, para mirarla incendiarse, para volverme fuego yo también y arder juntos con los recuerdos.


Debería agradecéroslo, pero la palabra me suena tan gastada como la suela del zapato de una bailarina. Como esa excusa de sentimiento que llaman felicidad. No, no te agradezco. Os perdono. Os perdono por mostrarme un mundo que sigo deseando tanto después y que no logro volver a encontrar. Os perdono por no quedaros a recorrer este camino conmigo, por no enseñarme eso que reísteis a escondidas de mí. Suenan arrogantes mis perdones, ¿no? Sí, son arrogantes. Son perdones indecisos que no hacen más que cuestionar tus palabras. Pero son perdones sin más. Perdones para que te los guardes en el bolsillo cual cigarro malgastado. Para que los mires y sonrías de vez en cuando.




Perdones para fumarte y liberar en el humo espeso, cada deseo que no me pudiste decir.
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