Lo veo muy cerca, sé que
llegará ese día, el día que no pueda más, pero no querré cambiarte por un
puñado de estrellas.
Porque puedo poner un millón de
excusas: porque te miro a la cara y quiero que ese día llegue ya, pero sé que
no debo hacer nada por adelantarlo. Porque será mejor para todos, porque no
será bien visto por ninguno. Porque quedamos en que no llegaría ese día, porque
quizá prefieras que llegue con otro. Porque a los dos nos da un miedo
asombroso, como la oscuridad, como la soledad.
Porque sin saberlo tú, he
sacrificado un millón de cosas, y sin saberlo yo, hice todo eso por ti.
Porque ese calor que sentí al
tenerte a mi lado no lo he sentido con ninguna otra persona. Porque no se puede
explicar con palabras sino con sonrisas, y son esas sonrisas las que hacen que
merezca la pena sentir lo que siento.
Por todo eso, un día no podré
más, y no te cambiaré por nada en el mundo.
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