El uno es un número. Nada más. el 10 otro y el 100 otro
distinto. No significan nada.
Aunque no estemos aquí para contar, vamos a echar unas
cuentas.
Todo esto empezó con el número 2. Dos personas que no solo
se querían, si no que querían quererse, y por eso hicieron lo indecible para
estar juntos.
Sigamos contando.
Ese número 2 es especial. Voy a demostraros, sin cantar a
Fran Perea, que uno más uno no son dos. Uno más uno es más de mil. Cientos de
rezos diarios, miles de telediarios, de personas queridas e historias perdidas.
Cientos de miles de historias pasadas, presentes preciosos y futuros
hermosos.
Pero uno más uno no son cientos de millares.
Uno más uno es igual a invitar a 39 personas a comer a tu
casa.
Uno más uno es 7 hijos, 27 nietos y todos aquellos que no
son familia pero sí, son familia.
Uno más uno se acerca más a infinito que a dos. Pero no, hoy
uno más uno tampoco es infinito.
Uno más uno no siempre es un número. Uno más uno es amor, es
amistad, es educación, respeto, enfados y reconciliaciones,
ocupaciones, preocupaciones y rezos. Muchos, muchos rezos.
Uno más uno es querer sin querer. Es querer sin
proponértelo. Querer contar y que te cuenten. Uno más uno es formar parte de
algo. Uno más uno soy yo, y el de mi derecha.
Hoy uno más uno no son dos.
Hoy uno más uno es oro. El oro son años de dedicación a otro
y a otros. Es querer a Dios, a tu familia y a tus amigos más de lo que nadie
pueda imaginarse nunca, más de lo que cabe en dos personas.
Porque ha quedado claro que uno más uno no pueden ser dos.
Hoy uno más uno es 50.
Feliz 50 aniversario, abuelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario