Vamos
a centrar nuestras intenciones, nuestros sentimientos y nuestros
deseos; y sigamos soñando. Y sigamos luchando. Y
vamos a ponernos serios por nuestros sueños.
Vamos
a olvidarnos de un futuro que, queramos o no, ya llegará, y vamos a
soñar en presente, un presente que ya está aquí y no podemos dejar
para mañana. Del
pasado ni hablamos, ni mencionarlo, ¡NUNCA MÁS!
Pensemos
en aquello de “cuando te venga a la mente rendirte, recuerda por
qué empezaste”. Y sigue soñando; y sigue luchando.
Que
el arte de vivir, por mucho arte que sea, se parece más a una lucha
que a una danza. Y
esta lucha se vive día a día, de hoy en hoy, sin preocuparnos del
mañana, ocupándonos del ahora.
Porque
una persona muy sabia me dijo una vez que preocuparse es ocuparse
antes de tiempo; y tiene toda la razón del mundo.
Si
me ocupo de hoy todos los días, ¿por qué iba a darme miedo el
mañana? Te dirán que no puedes, que bajes de tu nube, pero
recuerda:
“Solo
el loco del corazón no se da por enterado y se permite el lujo de
soñar lo imposible”.